GASTO ENERGÉTICO DE UN APARATO DE AIRE ACONDICIONADO

A la hora de elegir un equipo de climatización eficiente resulta fundamental centrar la búsqueda en un aparato que se adapte a las necesidades y circunstancias de cada hogar. Pero, ¿cómo puedes saber cuál es la solución más rentable? ¡Fíjate!

Aunque lo más recomendable es consultar a un profesional para recibir un asesoramiento adecuado, la clave del ahorro consiste en pensar en una máquina que ofrezca la potencia justa para el uso que se le va a dar y teniendo en cuenta el tamaño y las características de las estancias a climatizar. Así, si se opta por un sistema que cuente con demasiada fuerza se producirá un despilfarro de energía. Lo mismo sucederá si se apuesta por una potencia muy baja, puesto que se incrementará el consumo al necesitar más tiempo de uso para alcanzar la temperatura deseada.

Clase A y tecnología Inverter, la combinación más eficiente

El ahorro energético cuando hablamos de aire acondicionado depende, además de la potencia, del aparato que se adquiera, ya que existen grandes diferencias entre los consumos de estas máquinas. En términos generales, los expertos señalan que las instalaciones centralizadas resultan más eficientes, aunque, en realidad, se han popularizado más los aparatos independientes.

Si hablamos de los sistemas que menos gastan los protagonistas son, sin duda, los correspondientes a la clase A. Para comprobar cuáles pertenecen a esta categoría basta con consultar la etiqueta energética.

Si, además de pertenecer a la tipología más alta de eficiencia energética, la A, se opta por equipos de aire acondicionado basados en la tecnología Inverter, se alcanza el máximo rendimiento económico. La explicación radica en que, mientras los sistemas tradicionales mantienen la temperatura deseada a través de ciclos de encendido y apagado, los aparatos Inverter ajustan la potencia reduciendo el gasto al mínimo. Tanto es así que algunos estudios del sector establecen una disminución de hasta la mitad de energía en el consumo de un Inverter comparado con un equipo convencional.

Además de la categoría del aparato, el consumo energético depende del uso que se realice del mismo. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA) establece los 26 grados centígrados como la temperatura ideal para el aire acondicionado en verano. Otras buenas prácticas complementarias que ayudan a reducir la factura de la luz manteniendo la vivienda climatizada se basan en pautas tan sencillas como son la colocación de toldos y el uso de cortinas y persianas para resguardar el hogar del sol y el calor, la instalación de jardines tanto en el interior como en el exterior para incrementar la humedad o, simplemente, tener cuidado de mantener los accesos de puertas y ventanas cerrados.

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