Suelos de madera: parqué, tarima y laminados
Los pavimentos de madera son preciosos, clásicos y decorativos, además de muy confortables. Un piso con un suelo de madera gana muchos enteros, tanto en cuanto a la confortabilidad de sus usuarios, como en lo que respecta al valor del inmueble en sí. Pero dentro del campo de estos productos, hay una amplia variedad y ni todos son realmente "de madera", ni es tan fácil escoger el que más nos interesa. Echemos un vistazo a las posibilidades.
Parqué macizo: es el suelo de madera antiguo, de toda la vida. Está formado por largas tablas de madera, usualmente de pino de buena calidad o roble, que se colocan directamente sobre el pavimento previamente nivelado. A veces se pegan con algún tipo de cemento cola, mientras que otras veces las tablas van clavadas al suelo o entre sí; otra opción es colocarlo sobre rastreles de madera que elevan las tablas sobre el suelo. Es caro y requiere de mantenimiento (acuchillados y barnizados), pero es muy decorativo y aislante.
Tarima de madera: en este caso, las tablas sólo son de madera en su cara exterior. En realidad se trata de tablas de contrachapado recubiertas por una lámina de madera, más o menos gruesa en función a su calidad y precio. También va clavada sobre rastreles, y las opciones en cuanto a acabados son muchas: pino, roble, cerezo, nogal... Sólo puede acuchillarse dos o tres veces. La tarima flotante es similar, pero en lugar de ir sobre rastreles se coloca sobre una lámina aislante.
Suelos laminados: estos suelos imitan a la madera, pero no lo son. Se trata de tablillas de DM recubiertas de una capa de material celulósico que reproduce el acabado de distintas especies de madera. Llevan también un recubrimiento invisible protector. Aunque en principio son más baratos que las tarimas y los parqués, algunos productos muy exclusivos pueden llegar a costar bastante más. Se colocan como la tarima flotante, sobre un aislante, y llevan un sistema de ensamblaje en click fácil de instalar. Hay modelos que imitan al metal, la piedra e incluso al cemento pulido o las baldosas cerámicas.