Soluciones para dar color a la madera
Dar color a la madera es aparentemente sencillo, ya que en el mercado hay gran cantidad de productos y soluciones disponibles para ello. Tintes, anilinas, barnices coloreados... El problema, quizás, es que hay demasiada variedad y los usuarios se suelen perder entre tanta oferta. Sin embargo, es bastante sencillo saber escoger los mejores y más adecuados para cada ocasión; aquí tenéis una pequeña guía práctica que os servirá de mucha ayuda.
- Teñir madera limpia: si está sin barnizar ni encerar, sólo hay que lijarla un poco en el sentido de la veta. El polvo se retira bien con un paño humedecido en alcohol. Lo mejor es usar tintes al agua, que no desprenden olor y no son tóxicos. Podemos comprarlos ya preparados o hacerlos nosotros, mezclando anilinas en polvo (al agua) con agua caliente y luego filtrándolos con una media. Después hay que dejar secar, frotar en el sentido de la veta con lanilla de acero nº 000 y aplicar una mano de tapaporos rebajado al 50% con disolvente universal. Luego se vuelve a pasar la lanilla y ya está listo para barnizar o encerar.
- Teñir madera con el poro cerrado: si no conseguimos dejar completamente abierto el poro de la madera tras decapar y lijar la superficie, podemos utilizar tintes al disolvente, que agarran mejor y penetran bien en la madera. Sólo hay que aplicarlos con brocha bien escurrida, muñequilla de algodón o esponja en el sentido de la veta. Sobre estos tintes no se aplica tapaporos; se dejan secar durante un día y luego se barnizan o enceran.
- Barnices coloreados: son una solución aceptable para dar color y protección a la madera, aunque a veces quedan muy artificiales y los brochazos se marcan. Los barnices de poro abierto son más naturales; dejan una capa de color pero el acabado es invisible. Se suelen usar sobre todo para superficies a la intemperie: carpinterías, puertas, ventanas...