Revestir fachadas con los productos adecuados
Los propietarios de casas unifamiliares, y sobre todo aquéllos afortunados que poseen casas en el campo o zonas de vacaciones, saben que la fachada es la seña de identidad de su vivienda y por ese motivo procuran que presente siempre el mejor aspecto posible. Pero el revestimiento de una fachada no sólo afecta a la estética de la vivienda, sino que es fundamental para aislar el interior y evitar problemas como las humedades y las filtraciones. Por eso, dependiendo de las condiciones climáticas de la zona donde esté situada la casa, el material para revestir la fachada tendrá que ser el idóneo para soportar dichas condiciones.
Uno de los productos más habituales es el llamado mortero monocapa. Se trata de un mortero que, como su propio nombre indica, se aplica en una sola capa, lo que su empleo ahorra bastante tiempo de ejecución y mano de obra. Debe ser aplicado por albañiles profesionales especializados (encontraréis a los mejores en HAZMEPRECIO.com), y resulta una buena solución para viviendas sitas en climas lluviosos, ya que es un buen aislante. Lo hay en muchos colores y texturas.
Las pinturas son todo un mundo; desde los antiguos encalados de los pueblos, hasta los acabados rústicos o las pinturas especiales para exterior, la gama es enorme. Actualmente hay una pintura llamada Lotusan que es todo un descubrimiento: basada en el comportamiento frente al agua de los pétalos de la flor de loto, consigue que las gotas de lluvia no se posen en la superficie pintada, sino que se desprenden llevándose con ellas la suciedad.
Los revestimientos de piedra son también bastante usuales. Puede cubrirse toda la fachada o, lo que suele ser más corriente, forrar tan sólo un zócalo inferior (de un metro de altura), las esquinas y los dinteles de puertas y ventanas. Mediante la colocación de lajas de piedra se pueden atajar problemas de humedad y aislar con eficacia la zona inferior, además de añadir atractivo visual a la casa.