Cómo se purgan los radiadores

Los días de frío, poco a poco, van llegando a su fin, y el sol calienta durante más horas nuestras viviendas, de forma que poco a poco vamos dejando atrás la calefacción. Tener en buen estado la instalación de radiadores, tuberías y calderas es muy importante para que el sistema funcione correctamente y le podamos sacar el máximo rendimiento. Si bien las calderas las tienen que revisar profesionales y empresas debidamente acreditados, hay algo que sí podemos hacer nosotros y es purgar nuestros radiadores para que el invierno que viene funcionen... ¡A tope!

Con purgar nos referimos a eliminar el aire presente en las tuberías, de forma que en ellas sólo haya agua caliente. Con esta medida conseguiremos que los aparatos funcionen mejor y calienten más, y además eliminaremos esos molestos ruidos que a veces hacen los sistemas. La primera medida es apagar la caldera; después, cogeremos un balde de plástico y (si nuestros radiadores no tienen válvula de purga) un destornillador de ranura del tamaño adecuado. También puede servir una moneda fina.

El balde se coloca bajo la válvula de purga para recoger el agua que saldrá del radiador. Tenemos que hacer girar el tornillo o válvula, con el destornillador o la moneda si es necesario, y dejar salir el agua hasta que circule libremente, sin interrupciones. Para terminar sólo hay que cerrar de nuevo la válvula o el tornillo. Esta operación la realizaremos en todos los radiadores de la vivienda, que así quedarán listos para volver a funcionar al cien por cien.

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