Cerramientos para piscinas: ¿merecen la pena?

Muchas personas que disponen de espacio para una piscina en el jardín o el patio, saben lo agradable que resultan estas instalaciones... Sobre todo, cuando podemos mantenerlas limpias sin tener que pasarnos el día recogiendo hojas y limpiando el agua. Además, también puede ser una buena idea instalar un cerramiento acristalado para poder utilizar nuestra piscina tdo el año. Los cerramientos para piscinas son una opción disponible para lograr este tipo de ventajas y muchas otras, pero antes de decidirnos a instalar uno, es mejor dar un repaso a sus pros y sus contras.

Los cerramientos acristalados permiten aprovechar la piscina en invierno o los días de lluvia. Si tenemos en cuenta que una piscina requiere una obra costosa, este tipo de estructuras nos permitirán rentabilizar mejor la instalación. Además, son una excelente medida de seguridad y que evita el acceso de intrusos. Los cerramientos mantienen constante la temperatura del agua, y nos permiten ahorrar mucha energía si disponemos de un sistema para su climatización. Este tipo de instalaciones evitan que el agua se ensucie y disminuyen la necesidad de mantenimiento y el uso de productos químicos.

Los inconvenientes más destacables, por su parte, es que suponen un incremento considerable en los costes de instalación de la piscina. Hay que tener mucho cuidado con las normativas municipales y, en el caso de viviendas pertenecientes a urbanizaciones, con las decisiones de la comunidad de vecinos. Una vez instalados, es necesario someterlos a una limpieza y mantenimiento periódicos. Para terminar, en ocasiones (sobre todo en zonas muy cálidas) el agua de la piscina puede llegar a calentarse en exceso. Esto se puede solucionar forrando los cristales con láminas solares plásticas, que reducen considerablemente el acceso de la radiación solar.